miércoles, 21 de septiembre de 2011

Las teorías de Erik H. Erikson y sus aplicaciones prácticas para una integración de la personalidad

Las teorías de Erik H. Erikson y sus aplicaciones prácticas para una integración de la personalidad
En su obra ampliamente diseminada y universalmente acogida, Childhood and Society, el psicoanalista Eric H. Erikson detalla para sus discípulos las ocho etapas que deben de superarse exitosamente durante el ciclo vital del ser humano para lograr una vida ajustada y libre de conflictos neuróticos.
Erikson representa un distanciamiento, que no llega al rechazo, de las doctrinas del psicoanálisis ortodoxo. Su orientación es esencialmente de orientación psico-social, mientras que las del psicoanálisis freudiano son psicosexuales.
Erikson nos presenta una teoría de resolución evolutiva de conflictos, mientras que el freudianismo nos propone una teoría de conflictos con sus derivadas ansiedades.

Erik H. Erikson
En esta lección presentamos las bases teóricas que este ilustre pensador, en su vida avanzara, y comentamos en sus aplicaciones prácticas.

Las etapas de Erikson

1. Aprendiendo a confiar versus aprendiendo a desconfiar (seguridad)
Este es el período desde la infancia hasta el segundo año de la vida. El niño que es querido, protegido, alimentado y bien manejado, desarrolla la capacidad de tener fe en otros y crece con un sentido de seguridad y de optimismo.
Descuidado y abandonado emocionalmente, éste se desarrolla como persona insegura y desconfiada.
2. Aprendiendo a ser libre versus a ser titubeante (autonomía)
Entre los dieciocho meses y los 4 años de edad, el niño con buenos padres, emerge de esta etapa, libre y sin temores de orden neurótico. Posee iniciativas y exhibe independencia.
Los que fallan en esta etapa, son negativitas, cabeza duras y tienden a las explosiones de ofuscación. Los últimos, son niños que invitan el rechazo.
3. Aprendiendo iniciativa versus (ambición)
Erikson cree que en esta etapa social, que se extiende hasta el principio de la entrada a la escuela, el niño saludable aprende el uso de la imaginación constructiva, el uso de la fantasía, la cooperación con otros, a dirigir y a seguir.
Pero, si la negligencia o la incertidumbre lo paralizan, el niño se torna miedoso, se asocia con seres marginales y se restringe en su juego y en su intuición.
4. Industria versus inferioridad (competencia)
Ya en la escuela primaria, y avanzando hacia la adolescencia, el niño aprende a manejar los talentos esenciales para un ajuste social: se relaciona bien con sus amigos, progresa de juegos aislados a juegos de equipo, comprende abstracciones básicas. Completa sus tareas asignadas y se auto-disciplina.
El niño que en esto falla, es una persona dudosa e incierta, plagada por miedos de fallar y con sentimientos de inferioridad.
5. Adquiriendo identidad versus la difusión de la misma (fidelidad)
Desde los doce años hasta el comienzo de la adultez, el joven mantiene un diálogo interno para lograr su autodefinición y para forjar una identidad sexual estable. La fidelidad heterosexual se valida en esta etapa. Quien falla, a menudo procura la sexualidad temprana, las experiencias homo eróticas y manifiestan rebeldía y poco respecto por los códigos morales que gobiernan a sus padres.
Confusión
6. Aprendiendo intimidad versus aislamiento (amor)
En esta etapa el ser humano bien ajustado, cementa las bases para lograr formar relaciones estables y permanentes y para llegar a una unión matrimonial firme y duradera.
7. Aprendiendo a ser generativo versus a ser auto-absorbido (respeto)
Respeto que es necesario para el matrimonio y el trabajo. Respeto que garantiza el éxito en todas las tareas emprendidas.
8. Integridad versus desesperanza (sabiduría)
Si las otras etapas se desarrollan exitosamente, el ser humano llega a las fases finales de su vida para enfrentar su destino y la realidad de la muerte, con la madurez debida. Sin congojas y sin miedos.